Pato quiere irse a vivir una aventura.

Ganso no está tan seguro.

Juntos, los dos amigos emplumados emprenden un paseo que los lleva por el prado, pasando por un matorral umbroso y por una colina lejana, hasta un lugar en el que nunca han estado: ¡la playa!

A Ganso le encanta el mar. ¿Pero adivina a quién no?